El teatro clásico nos sigue hablando con sus distintas
voces: la cómica, la dramática o la trágica. La mítica, la fantástica o
la realista. Este conjunto de voces es el que convoca en Cáceres a
espectadores de toda condición durante casi un mes en plazas, calles y
palacios del conjunto monumental.
La cita con el teatro clásico está llena, en su edición
número veintinueve, de lecciones para el presente: para la política,
pero también para el amor o la identidad; sobre todo, para el placer: el
de escuchar el verso o el de entrar en enredos y sentimientos, el de
participar del ritmo de la vida que capturaron Lope de Vega, Calderón,
Zorrilla o el extremeño Torres Naharro; todos ellos autores invitados a
esta edición; algunos con obras de su repertorio menos conocido (como
Traidor, de Zorrilla, o Comedia Aquilana, de Naharro) y, por tanto,
estimulantes por novedosas.
En su despliegue de maravillas, el festival acerca al
público familiar e infantil la teoría y práctica del teatro de
marionetas con dos montajes teatrales y talleres, que permitirán a los
niños estimular su creatividad en la construcción de máscaras y
marionetas.
El encuentro teatral atenderá especialmente a una de
las personalidades del diseño de vestuario más destacadas en España, el
extremeño Pepe Reyes, al que dedica una exposición y una película, y que
acudirá a Cáceres para desentrañar ante el público algunos de los
secretos de su trabajo. Además, la cita cacereña mira este año, en el
Laboratorio del clásico, al otro extremo del mundo, en una sorprendente
incursión por la cultura japonesa clásica, tan desconocida en occidente y
tan diferente de la tradición occidental.
Conferencias y funciones propondrán una inmersión en
diversas manifestaciones estéticas, como la danza, que también responden
a la idea de clásico: de lo tradicional a lo actual, de lo local a lo
universal, que constituye una de las señas de identidad del Festival de
Teatro Clásico de Cáceres.
Comentarios
Publicar un comentario